martes, diciembre 28

¿QUÈ ES LA TRISTEZA?



La tristeza es la emoción que sentimos cuando hemos perdido algo importante, cuando nos ha decepcionado algo o cuando ha ocurrido alguna desgracia que nos afecta a nosotros o a otra persona.

Cuando nos sentimos solos, a menudo nos sentimos tristes.

Cuando estás triste, es fácil que el mundo te parezca oscuro e inhóspito, y que no haya nada que te haga ilusionar.

Es posible que el dolor que sientes en tu interior no permita que aflore tu buen humor habitual.

Cuando estés triste, es posible que tengas ganas de llorar, y a veces te resultará difícil contener las lágrimas.

Pero probablemente el hecho de llorar te ayudará a sentirte mejor.

A veces, cuando uno está triste, sólo quiere que le dejen solo durante un rato.

O puede preferir que otra persona le consuele o se limite a hacerle compañía mientras él se va reponiendo de la tristeza.

Hablar sobre lo que nos ha puesto tristes, suele ayudar a mitigar este sentimiento.

Estar triste de vez en cuando, es algo completamente normal.

Tal vez no hayas logrado algo que deseabas con todas tus fuerzas.

Tal vez echas de menos a alguien.

Tal vez alguien que te cae muy bien no quiere ser tu amigo y eso te duele.

O quizás padezcas una enfermedad o un trastorno que te impide hacer cosas que te gustaría hacer, o que te hace sentirte diferente de tus amigos.

Hay muchos motivos, por los que una persona, puede sentirse triste.

La mayoría de las veces, la tristeza se debe a una pérdida o separación, a un cambio difícil, a que hay algo que nos ha decepcionado o a problemas de relación.

La perdida y separación, es la causa más habitual de tristeza. Es muy triste perder a alguien o algo, que teníamos en gran estima.

Hay muchos tipos de pérdidas. La muerte de un familiar, amigo o mascota puede sumir a una persona en una tristeza que puede durarle semanas o meses.

El tipo de tristeza que uno experimenta, a raíz de la pérdida de un ser querido, tiene un nombre concreto: duelo

Otros tipos de pérdidas o separaciones de personas, que son importantes en tu vida, también te pueden provocar tristeza, por ejemplo, que tus padres se divorcien.

A veces, es muy difícil pensar con claridad, porque no te puedes quitar la pérdida de la cabeza.

Generalmente, la intensidad de la tristeza provocada por la pérdida, se atenúa con el paso del tiempo, aunque en las pérdidas muy importantes es posible que siempre quede algo de tristeza.

Si crees que puedes estar deprimido o simplemente no hay forma de quitarte la tristeza de encima, recuerda que siempre habrá alguien que estará dispuesto a escucharte cuando estés triste o deprimido, alguien que te podrá ayudar.

Siempre habrá ángeles en la tierra, para ayudarte a levantar, cada vez que caigas y ya no puedas mas seguir adelante.

miércoles, diciembre 1

Cuando un hijo se va…

La ley de la vida indica que deben ser los hijos quienes deben enterrar a sus padres, por lo que nadie esta preparado para que esta relación se invierta. Y cuando esto sucede…

La muerte de un hijo es totalmente devastadora para cualquier padre, sin importar la causa de la muerte o la edad del chico. Su sufrimiento es intenso, duradero y muy complejo.

El trance y el proceso curativo, contienen elementos similares para todos los tipos de padres, pero para aquellos cuyos hijos adultos han fallecido, existen algunos factores adicionales. Algunas personas dentro de la familia o las amistades, pueden llegar a pensar que por el hecho de que el hijo ya era un adulto, el dolor de perderlo podría llegara a ser menor.

Muchas veces el sufrimiento de los padres después de la muerte de un hijo adulto, se minimiza o se desestima en comparación con el padecimiento de los padres de un hijo chico.

¿Sufrimiento minimizado?

Si el hijo adulto muere como resultado un accidente o una enfermedad, sus padres a menudo escuchan (al ser consolados por sus amigos o familia) que deben estar agradecidos de haber compartido momentos con su hijo mientras este vivió. Por supuesto que usted debe estar agradecido de haber tenido a su hijo por 25, 30 o 40 años, ¡pero eso no significa que su padecimiento sea menor! Muchos padres han señalado que su relación con el hijo adulto se había convertido también en una amistad personal. Por lo tanto, sienten que han perdido no solo a un hijo, sino también a un amigo.

Es normal que con el tiempo la relación entre los padres y sus hijos más adultos se convierta en una relación mucho más madura. Los padres que pusieron amor, dedicación, y mucho ánimo en el desarrollo y la educación de su hijo, sienten un gran sentido de orgullo y realización cuando el chico madura, completa su educación, se establece en una carrera, y desarrolla su círculo de amistades, pues este hijo ya es toda una persona.

Para el momento en que un hijo haya alcanzado su edad adulta, los padres habrán hecho una gran inversión emocional y financiera en esta persona. Cuando esa vida ha llegado a su fin anticipadamente, hay a menudo un gran sentido de abandono y de vacío. Los padres suelen encontrarse preguntándose cual es su propio propósito en vida, puesto que todo lo que han invertido en este hijo, ahora pareciera estar en la nada.

La falta de compasión por parte de los demás, puede también ocurrir cuando un hijo adulto muere por una causa que incómoda a la sociedad, como por ejemplo el sida o una sobredosis.


De www.enplenitud.com


Nuestro ser querido se ha ido

Nuestro ser querido se ha ido. Y nos preguntamos que podemos hacer. Muchos nos diràn que debemos reconocer la pèrdida y aceptar el dolor, pero serà muy fàcil engañarnos a nosotros mismos y tratar de detener o dilatar ese proceso. Por ello, desde nuestro interior deberìamos aprender a trabajar sobre ese sufrimiento interminable y no tratar de disfrazarlo ´.

Es difìcil hablar con quienes nos rodean. Tal vez nos haga sentir mejor escribir un diario, un cuaderno cualquiera donde vayamos haciendo catarsis de nuestros sentimientos màs verdaderos. En algunos casos los grupos de apoyo, un sacerdote o religioso adecuado a nuestra fè. No tenemos que pasar por todo este proceso en soledad, aunque esa es la primera intenciòn. Puede ser que nos ayude durante un mìnimo de tiempo. Pero nuestro instinto de supervivencia necesita del otro.

Y para la familia, los amigos, es difìcil la situaciòn. Probablemente nos quieren ayudar pero no saben como. Yo recuerdo que no querìa ver sus fotos, no podìa…y era inevitable que me las trajeran para que las tenga en casa. Hay diferentes momentos, en algunos se habla de la persona fallecida durante las veinticuatro horas del dìa, se recuerdan detalles, momentos vividos, se siente mucha pena por las cosas que no se pudieron realizar o decir, y tambièn se sueña con realidades diferentes, menos cruentas para el alma. Y al dìa siguiente no queremos recordarlo, nos duele si hablan de èl y no sabemos como hacer para detener la màquina de los pensamientos. Por eso es beneficioso que nuestro entorno estè en conocimiento de lo que queremos, dìa a dìa. Es màs fàcil y màs llevadero para ellos. Decirles lo que necesitamos, aunque esa necesidad sea un abrazo silencioso .-

El dolor del alma se transmite al cuerpo fìsico. A las venas, los huesos, a cada lugar que, tarde o temprano, comienza a provocarnos incomodidades y diferentes enfermedades, las cuales casi tienen un mismo orìgen: el stress producido por el sufrimiento. Esa primera intenciòn que se tiene de permanecer quieto, en silencio, como si no quisieramos despertar a la realidad es la que nos hace olvidar de cuidar tambièn nuestro cuerpo. Que funcione bien, que no le falte vitaminas ni fuerza, por que en definitiva lo necesitamos para sobrevivir y seguir el camino de la vida.

Yo debo decir que no lo hice, no me cuidè. No hice callar cuando no deseaba escuchar. Y a veces hablè cuando en realidad no querìa hacerlo. Son actitudes que uno comienza a manejar a medida que transcurre el tiempo, no estamos preparados para la muerte y hasta no vivirlo ignoramos cuales seràn nuestras reacciones.

Aùn hoy, hago elecciones equivocadas, supongo que de eso se trata la vida.

Y supongo tembièn que lo que debemos tener en primer lugar es lo que realmente necesitamos para cuidar nuestras heridas, sanarlas con amor y seguir adelante con ellas acompañandonos para siempre.

Con amor.

miércoles, agosto 11

John Wayne Schlatter- Te veo mañana

Gracias a mi madre y su sabiduría no le temo a la muerte.
Ella fue mi mejor amiga y mi mejor maestra.
Cada vez que estábamos juntas, ya sea al despedirnos a la noche o antes de emprender un viaje, decía: "Te veo mañana".
Era una promesa que siempre cumplió.
Mi abuelo era sacerdote y, en aquellos días, a comienzos de siglo, cada vez que un miembro de la congregación moría, el cuerpo permanecía en la sala de recibo del ministro.
Para una niña de ocho años, esta experiencia puede resultar muy aterradora.
Un día, el abuelo vino a buscar a mi mamá, la llevó a su sala y le pidió que tocara la pared.
-¿Cómo la sientes, Bobbie? -preguntó.
-Bueno, esta dura y fría -respondió ella.
Entonces la llevó hasta el ataúd y le dijo: -Bobbie, voy a pedirte que hagas la cosa más difícil que se puede pedir.
Pero si la haces, nunca volverás a tenerle miedo a la muerte. Quiero que pongas tu mano en la cara del señor Smith.
Como ella lo quería mucho y confiaba en él, pudo cumplir con su pedido.
-¿Y? -quiso saber el abuelo.
-Papá -dijo ella-, se siente como la pared -Así es -dijo él-. Esta es su vieja casa; nuestro amigo, el señor Smith, acaba de mudarse y no hay ningún motivo para tenerle miedo a una casa vieja.
La lección echó raíces y desarrolló durante el resto de su vida. No le tenía nada de miedo a la muerte. Ocho horas antes de abandonarnos, hizo el pedido más insólito. Mientras estábamos alrededor de su cama conteniendo las lágrimas, dijo: -No traigan flores a mi tumba porque no estaré ahí. Cuando me libere de este cuerpo, volaré a Europa. Vuestro padre nunca quiso llevarme. -El cuarto estalló en una carcajada y no hubo mas lágrimas por el resto de la noche. Al besarla y desearle buenas noches, ella sonreía y decía: "Te veo mañana".
Pero al día siguiente, a las 6:15 de la mañana, el médico me llamó para decirme que había emprendido su vuelo a Europa.
A los dos días, estábamos en el departamento de mis padres revisando las cosas de mamá, cuando encontramos una pila de escritos suyos. Al abrir el paquete, cayó al piso un papel.
Era la siguiente poesía. No sé si la escribió ella o si había guardado con mucho cariño la obra de otro. Lo único que se es que fue el único papel que se cayo, y decía:
EL LEGADO
Cuando muera, da lo que queda de mí a los niños.
Si necesitas llorar, llora por los hermanos que caminan a tu lado.
Rodea a alguien con tus brazos y dale lo que necesites darme a mí.
Quiero dejarte algo, algo mejor que palabras o sonidos.
Búscame entre la gente que conocí y amé.
Y si no puedes vivir sin mí, déjame entonces vivir en tus ojos,
tu mente y tus actos de bondad.
Como mejor puedes amarme es dejando que las manos se toquen
y dejando libres a los niños que necesitan ser libres.
No muere el amor, las personas sí.
Por eso, todo lo que queda de mí es amor...
Bríndame...
Papá y yo nos miramos y sonreímos al sentir su presencia.
Y una vez más fue mañana.

Del Libro: Otra taza de chocolate caliente para el alma






domingo, febrero 14

¿QUE FUE EL AMOR?


¿Què fue el amor para nosotros?

Necesidad de tenernos.
Ternura de besos aprisionados
que colmaron las tardes de sosiego.
Fue sueño. Fue esperanza.
Manos entrelazadas, abrazo eterno.
Mañanas de cafè, de charlas cortas.
Caminatas en la nieve
con el fulgor de las risas y la tibia
mirada protegiendo del frìo.

¿Què fue el amor para nosotros?
Fue la vida, el despertar de cada dìa.
El descanso abrazando las distancias.
La picardìa de una broma.
El recuerdo del Principio
cargado de aromas a retamas y
del susurro del viento entre las hojas.

Aquellas tardes en la rìa.
Dueños del mar, del horizonte,
de las golondrinas que se iban
buscando nuevas primaveras.

¿Còmo puedo preguntarlo?

Si nuestro amor fue la vida
y fue la muerte.

Fue el principio, el primer aliento.
Y fue el final, el ùltimo suspiro.

Mònica Figueroa
Derechos registrados

miércoles, enero 6

A quienes me dejan su comentario

Queridos amigos.....aunque no los conozca.
Desearìa poder responderles a todos, nos unen sentimientos similares, por que hemos dejado a algùn ser querido en el camino y aunque pasen los años, esos huecos en el corazòn no se cierran nunca.
Solo aprendemos a vivir con ello, de la mejor manera que cada uno puede.

He leìdo que lloran la partida de un hijo, de un esposo.
Y no hay palabras para explicar ni para calmar esa sensaciòn de agobio y dolor.
Lo ùnico que se puede hacer es entregarse mansamente a ese sentimiento, llorar, recordar, buscar los momentos para estar a solas con uno mismo y tratar de encontrar la paz interior.

Cobijarse en los seres queridos, un abrazo silencioso al hijo, al esposo, a la madre o al amigo, da calor y sosiego.
Levantarse y sentir el sol, los sonidos de la vida que sigue, interesarse por los intereses de los familiares màs directos, de la gente que sufre.....son ejemplos de los cables a tierra que uno va encontrando.
De a poco, un pasito cada vez, escribir sus vivencias, los cambios internos que van sintiendo, el dolor y la nostalgia iràn cediendo y el presente podrà adueñarse de sus dìas...seguir viviendo, seguir luchando por uno mismo.

Yo no tengo todas las respuestas.....creo que ni siquiera tengo muchas.
Me ha hecho bien abrir este "Cartas a Claudio" como un testimonio de vida, para sumar y ayudar si es posible.
Decirte: No estàs solo, yo tambièn lo vivo, ella, él......

Leìa el otro dìa que el ser humano sufrirà a lo largo de su vida, al menos 30 muertes de familiares o personas que se aman.
Tal vez nos hace falta una educaciòn para la muerte.
Ese fin inevitable del que nadie quiere hablar pero todos lo piensan.

En fin. Solo querìa saludarlos.
Comienza un nuevo año. Serà mejor, serà peor...pero les deseo desde el alma que puedan transitarlo con la mayor esperanza posible.


Si desean escribirme....los espero.
Tal vez hasta pueda publicar testimonios de sus experiencias. como trataron de superarlo y como siguen por la vida.


Con amor
Mònica