jueves, diciembre 23

Navidades sin ellos

 ¿Sientes algo apretado en tu pecho, y a veces sientes ganas de llorar?
¿Una nostalgia inexplicable por alguna cosa que tú no sabes bien qué es?
Con la aproximación de las fiestas muchas personas se sienten así como tú, tristes.
Algunas de ellas tienen motivos razonables para sentirse de esa forma,
otras no consiguen entender por qué, de repente,
se sienten perdidas y ensimismadas,
quejándose de un vacío que no consiguen explicar de dónde viene.
Es que el fin de año trae cuestionamientos íntimos y muchos, muchos recuerdos.
Buenos tiempos que se fueron,
gente querida que ya no está próxima y
personas de la familia que dejaron nuestro mundo...
Gente: cada uno tenemos nuestra historia privada.
Algunos, tienen privaciones financieras;
otros, afectiva, y tantos con desilusiones que le conmovieron el corazón.
¡La vida es eso...! ¡Un día reír, otro llorar!
Tantos planes no llegarán a concretarse este año, tantos sueños...
Deseos escondiditos dentro de un pecho con esperanzas...
Recuerda no estás solo, ¡no!
Yo estoy aquí, del otro lado de este papel.
¡Estoy contigo!
También tengo sueños que no se cumplirán.
Si aquellas personas que tú amabas, no están mas a tu lado,
es realmente una pena.
Pero piensa, en ellas con cariño y entiende que fue preciso que se alejaran.
Muchas veces un pequeño alejamiento es necesario,
para que aprendamos a valorar, todo aquello que conquistamos un día.
A veces, también un gran alejamiento es necesario,
para que aprendamos a caminar con nuestras propias piernas.
A veces, un definitivo alejamiento es necesario cuando
la misión ya fue cumplida y ha llegado la hora de descansar un poco,
y cuanto todo alrededor se transforma.
Los alejamientos, así como las privaciones,
también forman parte de la vida.
Y siempre duelen....
Sólo que duelen más cuando llega fin de año.
Muchos recuerdos nos atormentan y nos sacan la paz.
Procuremos conformar nuestros corazones.
Quien ama, normalmente es amado.
No importa si aquí, allá o lejos...
Lo que importa es que, en algún lugar,
¡alguien también está amándonos mucho!
¡El Amor que supera el tiempo y el espacio!
¡Que apenas existe!
Una vez yo leí,
que las despedidas son necesarias para que volvamos a encontrarnos...
solo se necesita tiempo.
Muchas veces quisiéramos que se fuese esa melancolía...
pero ella no nos obedece y se nos llenan los ojos de lágrimas
Te propongo que ejercitemos minimizar la tristeza y así se alejará.
Eso nos ayudará y mucho.
Es más fácil de lo que se piensa,
tratemos de sonreír y serán felices quienes nos rodean...
el secreto sería cambiar el foco…y dirigirlo, fuera de nosotros.
Hay tantos que serán felices con nuestra ayuda,
solo hay que animarse y la felicidad de los demás caerá sobre nosotros.
Es apenas un tiempo de reflexión,
aprendizaje y de cambios que nos ofrece Dios,
si Dios, el Creador del Universo, nuestro dueño,
el que en estos momentos está a tu lado y te está ofreciendo su amor,
su compañía, su guía, para que tú no te sientas solo,
para que puedas caminar por este mundo tomado de su mano,
sabiendo que para Él, no hay nada imposible.
Anda, anímate, vas a ver que no te va a defraudar,
que a pesar de cada circunstancia que te toque vivir en el nuevo año.
Él estará a tu lado siempre.

Desconozco su autor

domingo, agosto 10

Agnès Martin-Lugand "La gente feliz lee y toma café"

Agnès Martin-Lugand recorrió varias editoriales con su manuscrito bajo el brazo, y como no obtuvo respuesta favorable en ningún lugar, decidió autofinanciar la edición en 2012. La novela tuvo tanto impacto y fue tan bien recibida, que luego de eso por fin una editorial se interesó, y ahora La gente feliz lee y toma café es un suceso internacional que ya tiene prevista una versión cinematográfica.



Ahora, Alfaguara acaba de lanzar en español la novela de Martin-Lugand, que promete también convertirse un suceso en este idioma.
Diane lleva un año durmiendo en las mismas sábanas abrazada al mismo peluche. Las sábanas que compartía con su marido, el peluche favorito de su hija, ambos muertos tras un accidente de tránsito.
Distanciada de sus familiares y de sus amigos, la única relación que mantiene es con Félix, su socio en el café literario La Gente Feliz Lee y Toma Café, quien, de tanto insistirle, consigue que Diane salga de su departamento y, más aún, que tome vacaciones fuera de París.
El lugar elegido por Diane es Mulranny, un pequeño pueblo de Irlanda que elige para ir sola, sin Félix, que le proponía lugares turísticos y llenos de hombres que ambos pudieran conquistar. El lugar por el que ha optado es, justamente, todo lo contrario: un pequeño rincón del mundo en el que conocerá otras formas de relacionarse con las personas que irán sumándose a sus días.
La trama comienza así, simple, sin sorpresas, casi sin sobresaltos, pero irá sumando ingredientes que la harán cada vez más cautivante y por los cuales el lector tenderá a solidarizarse y hasta identificarse con esa mujer que carga con la soledad en la que la han dejado su esposo y su hija.
El tono sombrío del duelo sin superar sobrevuela cada acción de Diane, una mujer que no disimula esas torpezas que, seguramente, la hacen más encantadora.
Martin-Lugand logra con su relato que los giros narrativos no sean los que sostengan el interés del lector, sino que esto lo logra a través del humor de Diane, de sus breves recuperaciones y sus recaídas, sus momentos luminosos y sus más oscuros.
Agnés Martin-Lugand conmueve con el relato de la construcción de un duelo.
Alejandro Frias
http://www.mdzol.com/nota/550442-su-esposo-y-su-hija-murieron-y-ahora-decide-volver-al-mundo/

viernes, abril 25

SAN AGUSTIN DE APONA- La muerte no es el final


No llores si me amas...

¡Si conocieras el don de Dios y lo que es el Cielo!
¡Si pudieras oir el cántico de los Ángeles y verme en medio de ellos!

¡Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos los horizontes,
los campos eternos y los nuevos senderos que atravieso!

¡Si por un instante pudieras contemplar, como yo,
la belleza ante la cual todas las bellezas palidecen!

¡Cómo! ¿Tú me has visto, me has amado en el país de las sombras
y no te resignas a verme y amarme en el país de las inmutables realidades?

Créeme; cuando la muerte venga a romper las ligaduras,
como ha roto las que a mí me encadenaban,
y cuando un día, que Dios ha fijado y conoce,
tu alma venga a este Cielo en que te ha precedido la mía,
ese día volverás a ver a aquel que te amaba y que siempre te ama,
y encontrarás tu corazón con todas sus ternuras purificadas.

Volverás a verme, pero transfigurado,
extático y feliz, no ya esperando la muerte,
sino avanzando contigo,
que me llevarás de la mano por los senderos nuevos de la luz y de la vida,
bebiendo con embriaguez a los pies de Dios
un néctar del cual nadie se saciará jamás.

Enjuga tu llanto y no llores si me amas...

Lo que éramos el uno para el otro, seguimos siéndolo.

La muerte no es nada.
No he hecho nada más que pasar al otro lado.
Yo sigo siendo yo.
Tú sigues siendo tú.

Lo que éramos el uno para el otro, seguimos siéndolo.

Dame el nombre que siempre me diste.
Háblame como siempre me hablaste.
No emplees un tono distinto.
No adoptes una expresión solemne, ni triste,
sigue riendo de lo que nos hacia reír juntos.

Reza, sonríe, piensa en mí, reza conmigo.
Que mi nombre se pronuncie en casa como siempre lo fue,
sin énfasis alguno, sin huella alguna de sombra.
La vida es lo que siempre fue: el hilo no se ha cortado,
¿Por qué habría de estar yo fuera de tus pensamientos?
¿sólo porque estoy fuera de tu vista?
No estoy lejos... tan solo a la vuelta del camino.

Lo ves, todo está bien…
Volverás a encontrar mi corazón,
 volverás a encontrar su ternura acendrada.

Enjuga tus lágrimas y no llores si me amas.

miércoles, mayo 11

FALLECIMIENTO DE UN HIJO


Encontrè este blog, maravillosos relatos de una madre que perdiò a su hijo y trata de entender y salir adelante.
Creo que cualquier comentario de mi parte estarìa sobrando, por que habla por sì mismo.
Para vos Nora, que no entendès tu rabia ante la pèrdida de tu hija, deseo sinceramente que lo leas y poco a poco encuentres el camino de la paz.
Solo quiero agregar que, desde mi experiencia personal, la rabia y la bronca es normal el primer tiempo, me parece que es una defensa de nuestro cuerpo ante el dolor, una manera de pararse con fuerza ante lo inevitable.
Te mando un abrazo infinito, ojalà vuelvas a leerme y puedas sentirte acompañada
Con amor
Mònica

domingo, marzo 13

PAULO COELHO- Cerrando cìrculos

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los por qué, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!
Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.

Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.

Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente…

El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú… Suelta el resentimiento. El prender "tu televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte lentamente, envenenarte y amargarte.

La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas" por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones? , ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.

Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.
Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Por eso cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.

Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!

lunes, enero 24

POLDY BIRD- Y vivir es esto?

A veces te preguntas con un nudo en la garganta, si vivir es “esto”.
Y “esto” quiere decir el sacrificio, las cuentas que debes pagar, el sueño a la mañana cuando suena el despertador que te saca de la cama tibia para quemarches al empleo.
“Esto” quiere decir la rutina, los platos por lavar, el vestido que ya no se usa.
“Esto” quiere decir el apuro, la falta de tiempo, la postergación obligada de… tantas cosas que querías tener, que querías hacer…
Y te preguntas si vivir es “esto”, y no miras tus manos, no miras que tus pies descalzos pueden caminar sobre el trébol mojado.
No miras tu cuerpo sano, tus brazos que al cerrarse pueden abrazar a los hijos, al hombre querido, o posarse sobre el hombro de la amiga, del amigo.
Y no hueles hondamente el olor del verano que se acerca.
Y no te metes en los ojos las copas verdes de los árboles callejeros o de las plazas.
Porque vivir también es esto otro: sentir profundamente todo, la pena y la alegría.
Salir de los abismos disparada hacia el cielo, dejar que el alma se nos escape a volar con las alondras, cerrar los ojos, cuando la realidad es dura, y con los ojoscerrados volver a caminar por los senderos que fueron hermosos.
Y luchar. Luchar por lo que amamos.
…Y a veces llorar, como ahora, con estas lágrimas tibias, con estas lágrimas que tienen nuestra temperatura, porque estamos vivos.-

martes, diciembre 28

¿QUÈ ES LA TRISTEZA?



La tristeza es la emoción que sentimos cuando hemos perdido algo importante, cuando nos ha decepcionado algo o cuando ha ocurrido alguna desgracia que nos afecta a nosotros o a otra persona.

Cuando nos sentimos solos, a menudo nos sentimos tristes.

Cuando estás triste, es fácil que el mundo te parezca oscuro e inhóspito, y que no haya nada que te haga ilusionar.

Es posible que el dolor que sientes en tu interior no permita que aflore tu buen humor habitual.

Cuando estés triste, es posible que tengas ganas de llorar, y a veces te resultará difícil contener las lágrimas.

Pero probablemente el hecho de llorar te ayudará a sentirte mejor.

A veces, cuando uno está triste, sólo quiere que le dejen solo durante un rato.

O puede preferir que otra persona le consuele o se limite a hacerle compañía mientras él se va reponiendo de la tristeza.

Hablar sobre lo que nos ha puesto tristes, suele ayudar a mitigar este sentimiento.

Estar triste de vez en cuando, es algo completamente normal.

Tal vez no hayas logrado algo que deseabas con todas tus fuerzas.

Tal vez echas de menos a alguien.

Tal vez alguien que te cae muy bien no quiere ser tu amigo y eso te duele.

O quizás padezcas una enfermedad o un trastorno que te impide hacer cosas que te gustaría hacer, o que te hace sentirte diferente de tus amigos.

Hay muchos motivos, por los que una persona, puede sentirse triste.

La mayoría de las veces, la tristeza se debe a una pérdida o separación, a un cambio difícil, a que hay algo que nos ha decepcionado o a problemas de relación.

La perdida y separación, es la causa más habitual de tristeza. Es muy triste perder a alguien o algo, que teníamos en gran estima.

Hay muchos tipos de pérdidas. La muerte de un familiar, amigo o mascota puede sumir a una persona en una tristeza que puede durarle semanas o meses.

El tipo de tristeza que uno experimenta, a raíz de la pérdida de un ser querido, tiene un nombre concreto: duelo

Otros tipos de pérdidas o separaciones de personas, que son importantes en tu vida, también te pueden provocar tristeza, por ejemplo, que tus padres se divorcien.

A veces, es muy difícil pensar con claridad, porque no te puedes quitar la pérdida de la cabeza.

Generalmente, la intensidad de la tristeza provocada por la pérdida, se atenúa con el paso del tiempo, aunque en las pérdidas muy importantes es posible que siempre quede algo de tristeza.

Si crees que puedes estar deprimido o simplemente no hay forma de quitarte la tristeza de encima, recuerda que siempre habrá alguien que estará dispuesto a escucharte cuando estés triste o deprimido, alguien que te podrá ayudar.

Siempre habrá ángeles en la tierra, para ayudarte a levantar, cada vez que caigas y ya no puedas mas seguir adelante.

miércoles, diciembre 1

Cuando un hijo se va…

La ley de la vida indica que deben ser los hijos quienes deben enterrar a sus padres, por lo que nadie esta preparado para que esta relación se invierta. Y cuando esto sucede…

La muerte de un hijo es totalmente devastadora para cualquier padre, sin importar la causa de la muerte o la edad del chico. Su sufrimiento es intenso, duradero y muy complejo.

El trance y el proceso curativo, contienen elementos similares para todos los tipos de padres, pero para aquellos cuyos hijos adultos han fallecido, existen algunos factores adicionales. Algunas personas dentro de la familia o las amistades, pueden llegar a pensar que por el hecho de que el hijo ya era un adulto, el dolor de perderlo podría llegara a ser menor.

Muchas veces el sufrimiento de los padres después de la muerte de un hijo adulto, se minimiza o se desestima en comparación con el padecimiento de los padres de un hijo chico.

¿Sufrimiento minimizado?

Si el hijo adulto muere como resultado un accidente o una enfermedad, sus padres a menudo escuchan (al ser consolados por sus amigos o familia) que deben estar agradecidos de haber compartido momentos con su hijo mientras este vivió. Por supuesto que usted debe estar agradecido de haber tenido a su hijo por 25, 30 o 40 años, ¡pero eso no significa que su padecimiento sea menor! Muchos padres han señalado que su relación con el hijo adulto se había convertido también en una amistad personal. Por lo tanto, sienten que han perdido no solo a un hijo, sino también a un amigo.

Es normal que con el tiempo la relación entre los padres y sus hijos más adultos se convierta en una relación mucho más madura. Los padres que pusieron amor, dedicación, y mucho ánimo en el desarrollo y la educación de su hijo, sienten un gran sentido de orgullo y realización cuando el chico madura, completa su educación, se establece en una carrera, y desarrolla su círculo de amistades, pues este hijo ya es toda una persona.

Para el momento en que un hijo haya alcanzado su edad adulta, los padres habrán hecho una gran inversión emocional y financiera en esta persona. Cuando esa vida ha llegado a su fin anticipadamente, hay a menudo un gran sentido de abandono y de vacío. Los padres suelen encontrarse preguntándose cual es su propio propósito en vida, puesto que todo lo que han invertido en este hijo, ahora pareciera estar en la nada.

La falta de compasión por parte de los demás, puede también ocurrir cuando un hijo adulto muere por una causa que incómoda a la sociedad, como por ejemplo el sida o una sobredosis.


De www.enplenitud.com


Nuestro ser querido se ha ido

Nuestro ser querido se ha ido. Y nos preguntamos que podemos hacer. Muchos nos diràn que debemos reconocer la pèrdida y aceptar el dolor, pero serà muy fàcil engañarnos a nosotros mismos y tratar de detener o dilatar ese proceso. Por ello, desde nuestro interior deberìamos aprender a trabajar sobre ese sufrimiento interminable y no tratar de disfrazarlo ´.

Es difìcil hablar con quienes nos rodean. Tal vez nos haga sentir mejor escribir un diario, un cuaderno cualquiera donde vayamos haciendo catarsis de nuestros sentimientos màs verdaderos. En algunos casos los grupos de apoyo, un sacerdote o religioso adecuado a nuestra fè. No tenemos que pasar por todo este proceso en soledad, aunque esa es la primera intenciòn. Puede ser que nos ayude durante un mìnimo de tiempo. Pero nuestro instinto de supervivencia necesita del otro.

Y para la familia, los amigos, es difìcil la situaciòn. Probablemente nos quieren ayudar pero no saben como. Yo recuerdo que no querìa ver sus fotos, no podìa…y era inevitable que me las trajeran para que las tenga en casa. Hay diferentes momentos, en algunos se habla de la persona fallecida durante las veinticuatro horas del dìa, se recuerdan detalles, momentos vividos, se siente mucha pena por las cosas que no se pudieron realizar o decir, y tambièn se sueña con realidades diferentes, menos cruentas para el alma. Y al dìa siguiente no queremos recordarlo, nos duele si hablan de èl y no sabemos como hacer para detener la màquina de los pensamientos. Por eso es beneficioso que nuestro entorno estè en conocimiento de lo que queremos, dìa a dìa. Es màs fàcil y màs llevadero para ellos. Decirles lo que necesitamos, aunque esa necesidad sea un abrazo silencioso .-

El dolor del alma se transmite al cuerpo fìsico. A las venas, los huesos, a cada lugar que, tarde o temprano, comienza a provocarnos incomodidades y diferentes enfermedades, las cuales casi tienen un mismo orìgen: el stress producido por el sufrimiento. Esa primera intenciòn que se tiene de permanecer quieto, en silencio, como si no quisieramos despertar a la realidad es la que nos hace olvidar de cuidar tambièn nuestro cuerpo. Que funcione bien, que no le falte vitaminas ni fuerza, por que en definitiva lo necesitamos para sobrevivir y seguir el camino de la vida.

Yo debo decir que no lo hice, no me cuidè. No hice callar cuando no deseaba escuchar. Y a veces hablè cuando en realidad no querìa hacerlo. Son actitudes que uno comienza a manejar a medida que transcurre el tiempo, no estamos preparados para la muerte y hasta no vivirlo ignoramos cuales seràn nuestras reacciones.

Aùn hoy, hago elecciones equivocadas, supongo que de eso se trata la vida.

Y supongo tembièn que lo que debemos tener en primer lugar es lo que realmente necesitamos para cuidar nuestras heridas, sanarlas con amor y seguir adelante con ellas acompañandonos para siempre.

Con amor.

miércoles, agosto 11

John Wayne Schlatter- Te veo mañana

Gracias a mi madre y su sabiduría no le temo a la muerte.
Ella fue mi mejor amiga y mi mejor maestra.
Cada vez que estábamos juntas, ya sea al despedirnos a la noche o antes de emprender un viaje, decía: "Te veo mañana".
Era una promesa que siempre cumplió.
Mi abuelo era sacerdote y, en aquellos días, a comienzos de siglo, cada vez que un miembro de la congregación moría, el cuerpo permanecía en la sala de recibo del ministro.
Para una niña de ocho años, esta experiencia puede resultar muy aterradora.
Un día, el abuelo vino a buscar a mi mamá, la llevó a su sala y le pidió que tocara la pared.
-¿Cómo la sientes, Bobbie? -preguntó.
-Bueno, esta dura y fría -respondió ella.
Entonces la llevó hasta el ataúd y le dijo: -Bobbie, voy a pedirte que hagas la cosa más difícil que se puede pedir.
Pero si la haces, nunca volverás a tenerle miedo a la muerte. Quiero que pongas tu mano en la cara del señor Smith.
Como ella lo quería mucho y confiaba en él, pudo cumplir con su pedido.
-¿Y? -quiso saber el abuelo.
-Papá -dijo ella-, se siente como la pared -Así es -dijo él-. Esta es su vieja casa; nuestro amigo, el señor Smith, acaba de mudarse y no hay ningún motivo para tenerle miedo a una casa vieja.
La lección echó raíces y desarrolló durante el resto de su vida. No le tenía nada de miedo a la muerte. Ocho horas antes de abandonarnos, hizo el pedido más insólito. Mientras estábamos alrededor de su cama conteniendo las lágrimas, dijo: -No traigan flores a mi tumba porque no estaré ahí. Cuando me libere de este cuerpo, volaré a Europa. Vuestro padre nunca quiso llevarme. -El cuarto estalló en una carcajada y no hubo mas lágrimas por el resto de la noche. Al besarla y desearle buenas noches, ella sonreía y decía: "Te veo mañana".
Pero al día siguiente, a las 6:15 de la mañana, el médico me llamó para decirme que había emprendido su vuelo a Europa.
A los dos días, estábamos en el departamento de mis padres revisando las cosas de mamá, cuando encontramos una pila de escritos suyos. Al abrir el paquete, cayó al piso un papel.
Era la siguiente poesía. No sé si la escribió ella o si había guardado con mucho cariño la obra de otro. Lo único que se es que fue el único papel que se cayo, y decía:
EL LEGADO
Cuando muera, da lo que queda de mí a los niños.
Si necesitas llorar, llora por los hermanos que caminan a tu lado.
Rodea a alguien con tus brazos y dale lo que necesites darme a mí.
Quiero dejarte algo, algo mejor que palabras o sonidos.
Búscame entre la gente que conocí y amé.
Y si no puedes vivir sin mí, déjame entonces vivir en tus ojos,
tu mente y tus actos de bondad.
Como mejor puedes amarme es dejando que las manos se toquen
y dejando libres a los niños que necesitan ser libres.
No muere el amor, las personas sí.
Por eso, todo lo que queda de mí es amor...
Bríndame...
Papá y yo nos miramos y sonreímos al sentir su presencia.
Y una vez más fue mañana.

Del Libro: Otra taza de chocolate caliente para el alma






domingo, febrero 14

¿QUE FUE EL AMOR?


¿Què fue el amor para nosotros?

Necesidad de tenernos.
Ternura de besos aprisionados
que colmaron las tardes de sosiego.
Fue sueño. Fue esperanza.
Manos entrelazadas, abrazo eterno.
Mañanas de cafè, de charlas cortas.
Caminatas en la nieve
con el fulgor de las risas y la tibia
mirada protegiendo del frìo.

¿Què fue el amor para nosotros?
Fue la vida, el despertar de cada dìa.
El descanso abrazando las distancias.
La picardìa de una broma.
El recuerdo del Principio
cargado de aromas a retamas y
del susurro del viento entre las hojas.

Aquellas tardes en la rìa.
Dueños del mar, del horizonte,
de las golondrinas que se iban
buscando nuevas primaveras.

¿Còmo puedo preguntarlo?

Si nuestro amor fue la vida
y fue la muerte.

Fue el principio, el primer aliento.
Y fue el final, el ùltimo suspiro.

Mònica Figueroa
Derechos registrados

miércoles, enero 6

A quienes me dejan su comentario

Queridos amigos.....aunque no los conozca.
Desearìa poder responderles a todos, nos unen sentimientos similares, por que hemos dejado a algùn ser querido en el camino y aunque pasen los años, esos huecos en el corazòn no se cierran nunca.
Solo aprendemos a vivir con ello, de la mejor manera que cada uno puede.

He leìdo que lloran la partida de un hijo, de un esposo.
Y no hay palabras para explicar ni para calmar esa sensaciòn de agobio y dolor.
Lo ùnico que se puede hacer es entregarse mansamente a ese sentimiento, llorar, recordar, buscar los momentos para estar a solas con uno mismo y tratar de encontrar la paz interior.

Cobijarse en los seres queridos, un abrazo silencioso al hijo, al esposo, a la madre o al amigo, da calor y sosiego.
Levantarse y sentir el sol, los sonidos de la vida que sigue, interesarse por los intereses de los familiares màs directos, de la gente que sufre.....son ejemplos de los cables a tierra que uno va encontrando.
De a poco, un pasito cada vez, escribir sus vivencias, los cambios internos que van sintiendo, el dolor y la nostalgia iràn cediendo y el presente podrà adueñarse de sus dìas...seguir viviendo, seguir luchando por uno mismo.

Yo no tengo todas las respuestas.....creo que ni siquiera tengo muchas.
Me ha hecho bien abrir este "Cartas a Claudio" como un testimonio de vida, para sumar y ayudar si es posible.
Decirte: No estàs solo, yo tambièn lo vivo, ella, él......

Leìa el otro dìa que el ser humano sufrirà a lo largo de su vida, al menos 30 muertes de familiares o personas que se aman.
Tal vez nos hace falta una educaciòn para la muerte.
Ese fin inevitable del que nadie quiere hablar pero todos lo piensan.

En fin. Solo querìa saludarlos.
Comienza un nuevo año. Serà mejor, serà peor...pero les deseo desde el alma que puedan transitarlo con la mayor esperanza posible.


Si desean escribirme....los espero.
Tal vez hasta pueda publicar testimonios de sus experiencias. como trataron de superarlo y como siguen por la vida.


Con amor
Mònica


jueves, noviembre 12

Aùn no estoy preparado para perderte

Aún no estoy preparado para perderte...
No estoy preparado para que me dejes solo.
Aún no estoy preparado para crecer
y aceptar que es natural,
para reconocer que todo
tiene un principio y tiene un final.


Aún no estoy preparado para no tenerte
y sólo recordarte...
Aún no estoy preparado para no poder oírte
o no poder hablarte,
no estoy preparado para que no me abraces
y para no poder abrazarte.


Aún te necesito
y aún no estoy preparado para caminar
por el mundo preguntándome ¿por qué?
No estoy preparado hoy ni nunca lo estaré.


Te necesito.


autor: PABLO NERUDA

lunes, septiembre 7

MOMENTOS

Hay momentos en la vida que nos dejan huèrfanos de ideas o frases, donde solo el infinito silencio es la pregunta y la respuesta sin sonido.
Donde los minutos pasan y las horas se cumplen y uno permanece suspendida en el abismo de la nada, tranquila, serena, sorprendida y abúlica. Como esas tardes de verano, calor sofocante y el ànimo solo para sentarse buscando la sombra, mirando como pasa la gente, los autos, la vida.
A veces duran un instante.
Otras nos pierden en la irrealidad del tiempo.
Y el mundo sigue girando a pesar de nuestro quiebre, el sol sale cada dìa y las personas amadas siguen creciendo, llorando, riendo, viviendo como mejor saben y pueden.
Nada ni nadie se detiene para esperarnos, pidièndonos que despertemos y regresemos a ese cotidiano respirar necesario para sentir que se existe y que pertenecemos a algùn lugar en especial.

A veces pasa asi.
Sin darnos cuenta.
Despuès de muchos despertares idènticos, los pasos en la escalera, la taza de tè preparada con esmero, encender el televisor y aturdirnos con voces ajenas totalmente a lo nuestro, a veces se vislumbra una lucecita de esperanza.
Esa que nos lleva a hacer un movimiento distinto.
O cambiar el orden de la secuencia.
O detenernos un instante para observar algùn detalle que siempre estuvo ahì pero que solo hoy lo descubrimos.

Y comienza todo de nuevo.

Vemos que el sol brilla entre las nubes del invierno.
Que abrimos la puerta y nos recibe el ruido de la vida, el olor a tierra hùmeda y el sonido del viento tan nuestro colándose entre los àrboles, el bullicio de los niños que regresan de la escuela...toda la intensidad de la vida entrando por cada rendija y adueñandose de todos los rincones, aùn de los màs oscuros.

Y aunque las ausencias no pueden diluìrse en el agua, ni los recuerdos mueren ni las angustian se marchitan, los aromas de la vida impregnan los sentidos.
Inexorablemente.
Siempre.

Y vuelvo a cobijarte en el silencio de gestos y de palabras
Te guardo hasta la pròxima parada, cuando nuevamente la mente se cierre al olor de las retamas del parque, cuando las cortinas permanezcan cerradas y el televisor apagado,
cuando los pasos sean insensibles, los ojos hùmedos, las manos quietas.

Cuando necesite de nuevo conversar con vos en el silencio absoluto del alma.

Donde siempre estàs, aunque no te nombre.

Con amor
Mònica

jueves, julio 23

POLDY BIRD- NADA SE VA


¿A dónde se va lo que se va?
He llorado fuerte...y el llanto se fue.
No dejó un dibujo en el aire,
no dejó las marcas de su itinerario...

Pero nada se pierde,
todo se queda en el mundo:
seguramente las sonrisas hacen una parva,
poniéndose una al lado de otra,
una encima de otra...
y después se transforman en mariposas:
¿ quién puede afirmar que esa mariposa de alas
de seda que anda por ahí
no es la sonrisa de alguien que conociste...
o que no conociste,
alguien de este tiempo o de un tiempo pasado?

¿Y esa nube de tormenta que va ennegreciendo el cielo...
y esa otra que se le ha sumado...
y la que viene desde el otro lado,
no están hechas de gritos airados,
de imprecaciones,
de "malas palabras" que salieron del televisor?

¿Y la música?

La música se hace bandadas de aves,
pájaros de distintos cantos
asomados al balcón celeste del aire.

Y las caricias son césped, gramilla,
pastito tierno por el que podemos
correr descalzos,
echarnos panza al sol para dormir la siesta...

Las amenazas se transforman en rejas:
las de las cárceles y las que nos
separan de la alegría.

Los besos son la lana de las ovejas.
Y luego el pulóver que te ponés cuando refresca,
la bufanda que te tapa la naríz, la manta de tu cama...

Las mentiras son el fuego que incendia los bosques.
¡Oh, cuida lo que pones fuera de ti,
no creas que lo puedes echar a la basura...
porque la basura no desaparece mágicamente...,
fijate como tratan las naciones de defenderse
de la basura nuclear
que los países poderosos desparraman por la tierra!


Vamos a tomarnos del dedo meñique,
como cuando estábamos en sexto grado,
vos y yo, como dos amigos de verdad...
y nos vamos a prometer:
No contaminar el mundo con palabras que duelan,
con rencores,
con venganzas,
con indiferencia,
con violencia,
con malas intenciones,
con desidia,
con abandono...

Y seguro que ni vos ni yo queremos
que la desdicha sea la neblina de los amaneceres,
que los llantos sean los truenos de las tormentas,
que el viento de la desesperanza
el altavoz del aullido de los lobos...

¿A dónde se va lo que se va?

Se va a dar una vuelta por ahí,
y luego torna, vuelve, regresa,
pasa nuevamente a nuestro lado, no desaparece,
no se borra, no se debilita...

Estará siempre.

Y no queremos que las penas
arrastren sus cadenas de fantasmas...

No queremos que el desamor ataque con el diente
envenenado de la cobra...

No queremos que las violetas sean un ramillete de espinas...

Por eso, cuida tu voz y tus palabras...
cuida tus pensamientos...

Porque todo lo lleva el viento, y
"El viento sopla donde quiere,
tú oyes su voz, pero no sabes
a dónde va, de dónde viene..."

sábado, abril 25

LAS RESPUESTAS A LOS NIÑOS

Encontrè este texto, desconozco el autor, pero igual quiero compartirlo con ustedes. Espero que les sea ùtil.
"...en este perìodo del duelo, los niños deben saber de la trizteza que ustedes sienten, pero deben saber tambièn que este estado serà transitorio y que no los aparta de ellos, sino que por el contrario los reencuentra.
Deben darle a ellos tambièn la oportunidad de mostrar su pena y aùn su alivio.
Algunos de ellos inconcientemente, en el caso de la muerte de un hermanito, pueden haber sentido que le quitaba la presencia y el tiempo de sus padres; y por lo tanto puede ser para èl el reencuentro con sus padres, sobre todo si tiene poca edad.
Respeten los miedos que pueden aparecer en algunos de ellos, miedo a la oscuridad, a los ruidos, a la soledad: la muerte es una gran desconocida y todo lo que les impida controlar lo que les rodea durante un perìodo puede atemorizarlos y angustiarlos.
Dialogue con ellos abiertamente. Den libertad a los sentimientos. Observen siempre los cambios de conducta, especialmente si son adolescentes.
Para que este sufrimiento pueda convertirse en crecimiento es necesario compartir y respetar los tiempos y formas de expresiòn de cada uno.

La mejor respuesta a un niño en duelo es mostrar como los papàs lo van asumiendo serenamente......"

Volver a casa

Volver a casa

Hasta que se cierra el último acto de los homenajes póstumos, el cuerpo se mueve por inercia, dejándose llevar por los acontecimientos, las voces alrededor, los tràmites…..nada es real, se hace por que asì debe ser….pero ni sabemos que es lo que realmente estamos haciendo.

A veces pienso que es la defensa inteligente ante el dolor, como si se durmieran los sentimientos, se congela la inteligencia y nuestro cuerpo se deja llevar. Si tomamos la verdadera dimensión de lo ocurrido ¿quièn podría ser coherente en los primeros instantes de la pèrdida?

Cuando regresamos del cementerio hacia nuestro hogar, nuestra vida…es allì donde comienza el enfrentamiento con la realidad.

Sabemos que hemos perdido para siempre a nuestro ser querido, y que cada mañana a partir de ese momento, nos tocarà vivir otra vida, en un reencuentro con uno mismo, con los hijos que también deben acomodarse a lo desconocido, distinto, difícil y salpicado de tristeza. Un reencuentro con la familia que vive cada uno de manera distinta.

Yo no sè que sentiràs si tu ser querido ha transitado una extensa enfermedad, si lo has visto irse de a poco y sufriendo. No lo sè.

Solo puedo hablar de una persona que salió feliz al trabajo, después del beso y el abrazo y, transcurrido una hora (tal vez algo màs) se fue para siempre.

Allì no hay oportunidades para despedirse, para repetir mil veces te quiero y te necesito, para el abrazo distinto, para prepararse….no…no hay forma de volver al hogar a las 48 horas aceptando la realidad que te toca.

Y hay algo que es permanente para todos: encontrar ese lugar vacìo y tan lleno de sus cosas, equivocarse al servir la mesa y que quede un plato vacìo, preparar el café para dos, tantas acciones cotidianas que nos siguen enfrentando a la ausencia. Yo creìa que estaba muy mal cuando me sucedìan esos “errores”, esas esperas sin fundamento, el dejar alguna actividad para después, porque había que conversarla con él. Olvidarme que los tràmites ahora dependìan solo de mì, que las decisiones sobre nuestras hijas ya no eran de dos.

Y no…nos pasa a todos. Hasta cuando un hijo crece y se va de la casa llega a suceder.

Aprendì a tenerme paciencia, a disculparme y a saber esperar .

Aprendì con mucho dolor que hay un tiempo para elaborar la rabia, para sentir la pena y también la culpa.

Y que todos tenemos diferentes tiempos para lograrlo.

Aprendì que es fácil transformarlo en un mito, idealizarlo, como una defensa natural para no vivir plenamente el duelo, para no vivir la realidad de su muerte y expresarlo por la vida que uno ha compartido.

Supongo que el sufrimiento del duelo y las ausencias nos tienen que madurar interiormente, ser màs ricos interiormente, y que al final de ese camino de làgrimas y silencios, lo ideal es volver sanamente a la vida, al reencuentro con uno mismo y con los otros.

Con amor