domingo, agosto 10

Agnès Martin-Lugand "La gente feliz lee y toma café"

Agnès Martin-Lugand recorrió varias editoriales con su manuscrito bajo el brazo, y como no obtuvo respuesta favorable en ningún lugar, decidió autofinanciar la edición en 2012. La novela tuvo tanto impacto y fue tan bien recibida, que luego de eso por fin una editorial se interesó, y ahora La gente feliz lee y toma café es un suceso internacional que ya tiene prevista una versión cinematográfica.



Ahora, Alfaguara acaba de lanzar en español la novela de Martin-Lugand, que promete también convertirse un suceso en este idioma.
Diane lleva un año durmiendo en las mismas sábanas abrazada al mismo peluche. Las sábanas que compartía con su marido, el peluche favorito de su hija, ambos muertos tras un accidente de tránsito.
Distanciada de sus familiares y de sus amigos, la única relación que mantiene es con Félix, su socio en el café literario La Gente Feliz Lee y Toma Café, quien, de tanto insistirle, consigue que Diane salga de su departamento y, más aún, que tome vacaciones fuera de París.
El lugar elegido por Diane es Mulranny, un pequeño pueblo de Irlanda que elige para ir sola, sin Félix, que le proponía lugares turísticos y llenos de hombres que ambos pudieran conquistar. El lugar por el que ha optado es, justamente, todo lo contrario: un pequeño rincón del mundo en el que conocerá otras formas de relacionarse con las personas que irán sumándose a sus días.
La trama comienza así, simple, sin sorpresas, casi sin sobresaltos, pero irá sumando ingredientes que la harán cada vez más cautivante y por los cuales el lector tenderá a solidarizarse y hasta identificarse con esa mujer que carga con la soledad en la que la han dejado su esposo y su hija.
El tono sombrío del duelo sin superar sobrevuela cada acción de Diane, una mujer que no disimula esas torpezas que, seguramente, la hacen más encantadora.
Martin-Lugand logra con su relato que los giros narrativos no sean los que sostengan el interés del lector, sino que esto lo logra a través del humor de Diane, de sus breves recuperaciones y sus recaídas, sus momentos luminosos y sus más oscuros.
Agnés Martin-Lugand conmueve con el relato de la construcción de un duelo.
Alejandro Frias
http://www.mdzol.com/nota/550442-su-esposo-y-su-hija-murieron-y-ahora-decide-volver-al-mundo/

viernes, abril 25

SAN AGUSTIN DE APONA- La muerte no es el final


No llores si me amas...

¡Si conocieras el don de Dios y lo que es el Cielo!
¡Si pudieras oir el cántico de los Ángeles y verme en medio de ellos!

¡Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos los horizontes,
los campos eternos y los nuevos senderos que atravieso!

¡Si por un instante pudieras contemplar, como yo,
la belleza ante la cual todas las bellezas palidecen!

¡Cómo! ¿Tú me has visto, me has amado en el país de las sombras
y no te resignas a verme y amarme en el país de las inmutables realidades?

Créeme; cuando la muerte venga a romper las ligaduras,
como ha roto las que a mí me encadenaban,
y cuando un día, que Dios ha fijado y conoce,
tu alma venga a este Cielo en que te ha precedido la mía,
ese día volverás a ver a aquel que te amaba y que siempre te ama,
y encontrarás tu corazón con todas sus ternuras purificadas.

Volverás a verme, pero transfigurado,
extático y feliz, no ya esperando la muerte,
sino avanzando contigo,
que me llevarás de la mano por los senderos nuevos de la luz y de la vida,
bebiendo con embriaguez a los pies de Dios
un néctar del cual nadie se saciará jamás.

Enjuga tu llanto y no llores si me amas...

Lo que éramos el uno para el otro, seguimos siéndolo.

La muerte no es nada.
No he hecho nada más que pasar al otro lado.
Yo sigo siendo yo.
Tú sigues siendo tú.

Lo que éramos el uno para el otro, seguimos siéndolo.

Dame el nombre que siempre me diste.
Háblame como siempre me hablaste.
No emplees un tono distinto.
No adoptes una expresión solemne, ni triste,
sigue riendo de lo que nos hacia reír juntos.

Reza, sonríe, piensa en mí, reza conmigo.
Que mi nombre se pronuncie en casa como siempre lo fue,
sin énfasis alguno, sin huella alguna de sombra.
La vida es lo que siempre fue: el hilo no se ha cortado,
¿Por qué habría de estar yo fuera de tus pensamientos?
¿sólo porque estoy fuera de tu vista?
No estoy lejos... tan solo a la vuelta del camino.

Lo ves, todo está bien…
Volverás a encontrar mi corazón,
 volverás a encontrar su ternura acendrada.

Enjuga tus lágrimas y no llores si me amas.