Cerrar los ojos fuertemente.
Aquietar los sonidos.
Y sentir tu voz a mi lado.
suave. Queda.
riendo con los sueños lejanos
de muchos hijos y nietos.
Madurez rodeada de risas.
Vejez pròdiga. Familia amada.
¿te acordàs que lo soñamos?
Tantas veces.
Discutiendo los parecidos.
Las cosas rutinarias que serìan.
Por que el amor
nos hacia dueños de la vida.
Y llegò ese tiempo. Casi de golpe.
Las niñas mujercitas
Dejando las muñecas por poesias.
Los garabatos por pinturas.
Las trencitas torcidas. La infancia difìcil.
La vivencia distinta.
Sangre de la nuestra.
Podrìa contarte al oìdo
la travesura tierna de tu nieto.
Ese dulce pequeñito. El primero
que llegò en una tarde
cuando el alma silenciosa, triste
recordaba tu partida.
Ese amado niño que.
ingenua fantasìa,
busca a su abuelo en una estrella.
Con sus rulos inquietos,
sus travesuras.
Abrazandome fuerte.
Colmandome de besos.
Y mi espìritu vuela a tu lado.
Mis manos, tus manos.
Mis ojos, pozos abiertos, profundos
queriendo ser tu mirada.
Y disfrutamos juntos su inocencia.
Compartimos su abrazo.
Jugando a la pelota.
Y en cada arbolito nuevo
plantamos tu sueño.
El camioncito azul.
El auto de carrera.
Los juegos que eran tus afanes.
El mate lavado y frìo.
Su cuerpito acurrucado.
Soñoliento y confiado
tirado en el cesped, cara al cielo.
Y sus deditos señalando el espacio.
Allà.
Donde èl vislumbra tu presencia.-
Es tu nieto, amor. Nuestro nieto.
El esperado. El soñado.
Y mientras dure mi vida en esta vida.
Cada segundo,
Cada instante compartido,
Cada risa de este niño en mis oìdos
.....serà tuya. Serà nuestra.
Serà nuestro legado.-
Mònica Figueroa
Derechos Reservados
Año 2000
Aquietar los sonidos.
Y sentir tu voz a mi lado.
suave. Queda.
riendo con los sueños lejanos
de muchos hijos y nietos.
Madurez rodeada de risas.
Vejez pròdiga. Familia amada.
¿te acordàs que lo soñamos?
Tantas veces.
Discutiendo los parecidos.
Las cosas rutinarias que serìan.
Por que el amor
nos hacia dueños de la vida.
Y llegò ese tiempo. Casi de golpe.
Las niñas mujercitas
Dejando las muñecas por poesias.
Los garabatos por pinturas.
Las trencitas torcidas. La infancia difìcil.
La vivencia distinta.
Sangre de la nuestra.
Podrìa contarte al oìdo
la travesura tierna de tu nieto.
Ese dulce pequeñito. El primero
que llegò en una tarde
cuando el alma silenciosa, triste
recordaba tu partida.
Ese amado niño que.
ingenua fantasìa,
busca a su abuelo en una estrella.
Con sus rulos inquietos,
sus travesuras.
Abrazandome fuerte.
Colmandome de besos.
Y mi espìritu vuela a tu lado.
Mis manos, tus manos.
Mis ojos, pozos abiertos, profundos
queriendo ser tu mirada.
Y disfrutamos juntos su inocencia.
Compartimos su abrazo.
Jugando a la pelota.
Y en cada arbolito nuevo
plantamos tu sueño.
El camioncito azul.
El auto de carrera.
Los juegos que eran tus afanes.
El mate lavado y frìo.
Su cuerpito acurrucado.
Soñoliento y confiado
tirado en el cesped, cara al cielo.
Y sus deditos señalando el espacio.
Allà.
Donde èl vislumbra tu presencia.-
Es tu nieto, amor. Nuestro nieto.
El esperado. El soñado.
Y mientras dure mi vida en esta vida.
Cada segundo,
Cada instante compartido,
Cada risa de este niño en mis oìdos
.....serà tuya. Serà nuestra.
Serà nuestro legado.-
Mònica Figueroa
Derechos Reservados
Año 2000