- Es un proceso dinámico y cambiante momento a momento , variable de persona a persona y entre familias, culturas, sociedades,...
- Se relaciona siempre con maior riesgo de la aparición de problemas de salud:
- El riesgo de depresión en personas viudas, se multiplica por cuatro durante el primer año.
- Casi la mitad de las personas viudas presentan ansiedad generalizada o crisis de angustia en el primer año.
- Aumenta el abuso de alcohol y fármacos; la mitad de las viudas utilizan algún psicofármaco en los 18 primeros meses de duelo.
- Entre un 10 y un 34 % de los dolientes desarrollan un duelo patológico.
- Aumenta el riesgo de muerte, principalmente por eventos cardiacos y suicidio; los viudos tienen un 50% más de probabilidades de morir prematuramente, durante el primer año.
- La población en duelo demanda un mayor apoyo sanitario, debido a la pérdida de sus redes de soporte social, y con ellas de muchos de los recursos clásicos para el doliente (familiares, religiosos, vecinos, amigos, compañeros de trabajo,...).
Es importante tener en cuenta los factores personales, sociales y familiares que pueden condicionar la aparición de una mala evolución del duelo. El duelo siempre va asociado a una serie de circunstancias, que actúan como predictores de riesgo, como son: causa y entorno de la muerte, personalidad y recursos psicoemocionales del doliente, ambiente sociofamiliar, y el tipo de relación con el fallecido. Estas circunstancias pueden ser consideradas como normales, en el sentido de que no añaden por sí mismas dificultades a las ya propias del duelo, o por el contrario, pueden complicarlo enormemente. Podemos considerar predictores de malos resultados o de dificultades en la evolución del duelo, los siguientes: |
- Las muertes repentinas o inesperadas; circunstancias traumáticas de la muerte (suicidio, asesinato).
- Las pérdidas múltiples; las pérdidas inciertas (no aparece el cadáver).
- La muerte de un niño, adolescente, (joven en general).
- Un doliente en edades tempranas o tardías de la vida.
- La muerte tras una larga enfermedad terminal.
- Un doliente demasiado dependiente; relación ambivalente con el fallecido.
- Una historia previa de duelos difíciles; depresiones u otras enfermedades mentales.
- Tener problemas económicos; escasos recursos personales, como trabajo, aficiones...
- Un escaso apoyo sociofamiliar real o sentido; el alejamiento del sistema tradicional socio-religioso de apoyo en personas emigrantes.
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