Llamamos duelo a la reacción adaptativa ante la perdida de un ser querido. Es un acontecimiento vital estresante de primer orden, considerándose que la muerte de un hijo o del cónyuge es la situación más estresante a la que el ser humano puede estar sometido. Este proceso de incorporar a la vida cotidiana, la ausencia definitiva de un ser querido, está claramente influído por la cultura, las creencias y las reglas sociais.
Durante este período, la persona debe liberarse de los lazos con la persona fallecida, readaptarse a la vida cotidiana sin esa persona, y establecer nuevas relaciones; modificar sus roles e identidad, y redirigir sus necesidades afectivas. Con frecuencia, se siente muy cansada, física y psíquicamente.
Una vez superado el primer momento de shock y consternación, se puede decidir que el duelo consta de tres fases:
- La urgencia de recuperar a la persona perdida.
- La desorganización y tristeza.
- La reorganización.
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