A veces creemos que pedir ayuda es signo de debilidad.
Se necesita mucha entereza para reconocer que la ayuda es indispensable para superar
el dolor.
Ese dolor es inevitable. el sentimiento de soledad y desamparo es compañero seguro en
cada momento transcurrido.
Pero llega un lìmite en que comienza a ser peligroso y debemos plantearnos la posibilidad
de pedir ayuda.
Y estar atento a nuestros seres queridos, a los que nos acompañan en el sentimiento de pèrdida
y asì poder protegerlos
Todos sentimos distinto. Nos expresamos de maneras diversas y tambièn las explosiones ante el
dolor
De acuerdo a mi propia experiencia, a lo que he ido leyendo, me parece que hay un momento justo
donde debemos aprender a
Como por ejemplo:
- Cuando la culpa nos inhibe, por que seguimos respirando y nuestro ser querido no, lo que
hicimos o
si le hemos expresado nuestro amor las veces necesarias
por que no evitamos el desenlace, como si realmente hubiera estado en nuestra decisiòn
- Al principio, no tenemos deseos de vivir.
Parecerìa que con èl se fue parte de nuestra vida, decimos
poco interesa lo que sucede alrededor, a veces queremos sentir si sufrió en su partida,
necesitamos reunirnos con él, pero esos pensamientos van cruzando el lìmite cuando
perfilamos
- El bloqueo afectivo, la sensación de estar atrapado, incapaz de sentir nada.
Cuando ese “estar anestesiado” se prolonga en el tiempo
- Los síntomas físicos que pueden ir desde ese fuerte dolor en el pecho que no permite
respirar a una pèrdida
- La rabia, la ira, la bronca dedicada a la vida, a uno mismo por seguir vivo, a los amigos
que poco a poco
- ¿Quién no dijo alguna vez “la vida se ha terminado para mi”?
Esa sensación que perdura en el tiempo,
y nos convence de que ya no tenemos vida ni motivos para vivirla.
Ese dejar pasar las horas, los días, con la total inercia de no hacer nada,
la desesperación potenciada y sin final.
- Nos sentimos incapaces para solucionar las tareas mínimas necesarias para conservar un trabajo,
desde hacernos un café, cruzar la calle, levantarse, lo necesario para la vida cotidiana.
- Darle el carácter de indispensable a un medicamento para poder dormir, o el alcohol como
salida
Estos síntomas, como muchos otros, se deben medir como características pasajeras
de un normal proceso
del tiempo, si nos imposibilita para seguir
En esos casos lo mejor es acudir a profesionales.
A veces, la respuesta y la comprensión de un sacerdote,
a nuestras creencias religiosas, nos ayudan a aprender a curar el alma.-
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